Hace mucho tiempo tenía ganas de ir a conocerlos. Había oído hablar mucho de ellos y sólo quería probar sus sándwiches con ese algo diferente. Cocina 100% vegana, es lo que ofrece Vegan Bunker, con una propuesta que vas más allá de sólo la gastronomía.
Ubicados hace dos años en el Barrio Italia, justo en la esquina de Fresia con Tegualda, Vegan Bunker se destaca por su comida totalmente libre de productos de origen animal, apostando por los vegetales, las legumbres, los cereales y una pastelería artesanal tan rica, que no tiene nada que envidiarle a la que conocemos tradicionalmente.
Su decoración te inspira. Colorido, con muchos objetos reciclados, sencillo, generando su propia «onda». Al llegar me recibió su chef y dueña, Martha Mazuela, una chica joven con estudios en cocina y gastronomía internacional, quien me contó de su experiencia de tres años en Brasil y de cómo aquello gatilló su decisión de instaurar el concepto vegano en Chile.
La carta del Vegan Bunker ofrece trece delicias repartidas entre sándwiches y completos, además de ensaladas, jugos smoothies, cafetería y pastelería como para darse un banquetazo saludable y rico. Recuerden, nada de origen animal.
Honestamente todo se leía tan rico que me costó decidirme a la hora de pedir. Martha me contó que los infalibles son los sándwiches Manoly y Oliver. El primero, es un pan frica con hamburguesa de poroto negro, mayonesa de la casa, lechuga, guacamole y nachos. El segundo, también en pan frica, tiene hamburguesa de soya, mayo de la casa, lechuga, cebolla caramelizada, pepinillos dill y un toque de mostaza. Uf, ¿cómo no van a ser las favoritas?
Pero yo, y mi instinto por probar siempre lo diferente, me fui directamente por una Alí, que me cautivó inmediatamente por uno de sus ingredientes; el hummus. Nuevamente en pan frica, se esconden unos gustosos zapallos italianos apanados, con hummus (por si alguien no lo sabe, es pasta de garbanzo) rúcula (otro favorito), pimiento morrón y mayonesa de la casa, acompañada de papas fritas.
Mi rica hamburguesa la acompañé de un jugo natural de Mango – Frambuesa que quedó súper fresco y tropical, ideal para bajar el peso en la guatita de la Alí, que estaba deliciosa. El hummus le da mucha consistencia y la rúcula aporta el frescor. Se las recomiendo 100%, no, mejor 1000%.
Martha me contó que Vegan Búnker, que funcionó en sus dos primeros años en Blanco Encalada, no sólo actúa como un restaurante, sino que también es un espacio abierto para charlas, talleres y diferentes encuentros socio-culturales de personas que se sienten cómodas con su propuesta. La chef, trabaja con gran parte de su familia en lo que ella llama «su casa» y está comprometida a «dar trabajo a quienes no tienen la posibilidad de tenerlo».
Antes de irme, y era que no, tenía que probar algo de su pastelería. En la entrada tienen un mostrador que luce todas sus creaciones dulces y es prácticamente imposible no tentarse con algo. Era tan difícil la misión que nuevamente tuve que recurrir a la sugerencia de Martha para poder acertar. ¡Y lo logró con creces!
Llegó a mi mesa un Brownie de Chocolate con helado de frambuesa que se fundía majestuosamente entre lo cálido y lo frío. Por supuesto, este postre está libre de huevo, gelatina, grasa animal y azúcar y su sabor era genial. Por su parte el brownie lograba una textura crocante en las orillas y muy esponjoso en el centro.
«Nuestra gastronomía es transparente e inclusiva, todo el mundo puede comer aquí», me dice Martha, quien se siente orgullosa de Vegan Bunker. Y se le nota en los ojos.
Antes de fin de año cambiarán la carta e incluirán tragos sin alcohol y diversos picoteos veganos para compartir. Y no sólo puedes disfrutar de su carta, porque además trabajan con menú de almuerzo a sólo $3.500 que incluye un plato principal, ensalada, jugo, pan y pebre.
A mí me encantó y pienso volver lo antes posible. ¡Ah! y si ven a un gatito rubio dando vueltas por ahí, denle cariño, porque se trata de Bonnot, el regalón del lugar.
¿Dónde?: Fresia #529, Barrio Italia. Providencia.