SARITA COLONIA, EN TI NOS ENCOMENDAMOS

¡Pum! Entrar al Sarita Colonia siempre es una experiencia sublime.  Historia, colores, travestismo y una carta gastronómica y de cócteles que satisface. No por nada, antes de que abra sus puertas a las 20:00 h sagradamente, ya figura una fila de comensales en la puerta ansiosos por matar esas ganas de gozar. Y su nombre no es nada al azar. Realmente existió Sara Colonia Zambrano, a principios del 1900, y fue una joven peruana a la que se le atribuye la
capacidad de hacer milagros y que, tras su muerte, tiene una gran veneración popular por inmigrantes, presos, homosexuales, transexuales y travestis abogando por la tolerancia y el respeto.

En Octubre del 2014 Sarita Colonia (re) abrió las puertas de su templo y desde esa época está al mando de los fuegos el cocinero peruano Juan Andrés el que, a principios de julio, lanzó su última carta de lo que va de 2018. ¿Por qué define su cocina como «Cocina Peruana Travesti»? Básicamente porque es efectiva comida peruana vestida de otra manera, con mucho de fusión y autor.

Y justamente este Ceviche de Chochas y Erizos que usted ve acá arriba, es parte de la nueva propuesta que debe ir a probar. Las chochas directamente desde Coquimbo y lenguas de erizos marinadas en jugo de limón de pica, cilantro, sal y ají limo con cancha Chulpi tostada y yuca frita. ¿Le tinca? Es un plato fresco, novedoso y con diferentes texturas para jugar en el paladar. Cuidadito los sensibles al ají.

Les recomiendo no saltarse la Causa de Plátano, un plato travesti con papa amarilla prensada con puré de plátano asado, láminas de palta, 3 camarones ecuatorianos y pulpo en salsa estilo gallega, acompañado de chalaquita de ajíes y cebollas. Cremoso, con un toque coqueto de dulzor. Tampoco deje pasar la Sobrecostilla Glaseada en Chañar con Cremoso de Mote ¡Wow! Sobrecostilla de libre pastoreo cocida a fuego lento por 8 horas y glaseada en chañar y servida sobre un cremoso de mote al ají amarillo. Un plato para terminar soñando con él.

Y en este último plato de los fondos me detengo. Respiro, recuerdo, lo saboreo y describo. La Julieta en el Mar es un sencillo plato de macarrones con salsa a base de erizos servido con pesca del día crocante y chalaquita de habas, tan pero tan sabroso, armónico y lindo, que debo decir que se lleva todos mis aplausos personales. Por favor atrévanse con él y me cuentan si estoy siendo una alaraca. ¡Devuélvete que te pasaste Julieta!

Ya, y para los dulceros, hay maravillosas creaciones en carta que, antes que se me olvide, pueden maridar de manera genial con las creaciones en barra del simpático Cristian. Para cerrar les dejo el Ñoquindú, un gnocchi de plátano, camote asado y curry servido en salsa cremosa de coco y aceite de menta y toques de canela. No sólo es una obra de arte culinaria, también es rico. Y eso tiene muchísimo valor.

Sarita Colonia es realmente bacán, por algo tiene la fama que tiene. Su cocina se basa en la alimentación consciente usando y reutilizando todo. Una casona con historia, con propuesta, con arte en cocina, coctelería y paredes. Solo me queda decir gracias a Gino Falcone por favor concedido.

¿Dónde? Loreto 40, Recoleta.

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