Comida con diferentes aromas, colores, texturas, formas y sabores, proveniente de nuestros antepasados. Eso es Peumayén, restaurante ubicado en pleno Barrio Bellavista, calle Constitución, y que nos invita a conocer y apreciar la cocina de nuestros pueblos originarios, de la mano del chef chileno/argentino Juan Manuel Pena Passaro, en un entorno cálido, maderoso, con un ambiente rodeado de verdes y telares. Chile se respira entre sus paredes.
Durante nuestra visita fuimos atendidas por el carismático Gustavo en el patio interior del lugar, quien nos dio cátedra de los platos e ingredientes de la carta, entusiasmándonos por lo que estábamos a punto de experimentar.
En Peumayén se abre el apetito con un té del día de bienvenida. Esta vez fue un fresco té de hibiscus, huacatay y apio y un Tropón con tártaro de caballo y salsa verde. Una especie de mini empanda con pebre, pero mil veces mejor ¡Perfecto!
Luego vino la Panera. Bendita Panera. Su presentación simula lo largo y angosto de nuestro país coronándolo con una muestra de panes hechos con diferentes ingredientes, dependiendo de la zona del país al que representan, con variedad de formas, colores y sabores. Y la Panera tiene su ciencia; la idea es comerlos desde el más caliente al más frío dejando para el final los dulces. Es una forma increíble de devorarse a Chile.
La entrada es una sola y resulta ser una propuesta muy atractiva porque viene a modo de degustación. Sobre una piedra pizarra se posan un Rollo de conejo, una Lengua de Cordero, Mollejas, Navajuelas, Achawal, Paté de lengua y Gallina dando forma a una verdadera obra de arte que satisface tu paladar con nuevas sensaciones en boca.
Para elegir los fondos, les aconsejo escuchar a Gustavo, o a cualquiera de los amables garzones bilingües de Peumayén para que te los expliquen. Hay mucha información que resulta ser un verdadero tesoro.
Yo me fui directamente por un plato de Cahuello (equino), charquicán, ají y pochado. Sobre el Cahuello, que venía caliente sobre una piedra, había un colorido chimichurri que le entregó un picor propio de nuestras tierras. Sobre el pochado, otra sopresa; polvo de callampas. Sabores cremosos, bien fusionados, una elección maravillosa. Y por supuesto un vino para maridar; Carmenère Étnico del Valle de Colchagua, orgánico. Los vinos en Peumayén son de cepas patrimoniales, producciones poco intervenidas, muy naturales. Se venden por copa y por botella.
Por otro lado, mi emocionada comensal pidió algo directamente de tierras chilotas. Chochoca Quelén, estofado de rabo y vegetales asados. Un plato con personalidad e identidad sureña. Un Milcao crocante, relleno de blandita carne de buey propio de la Patagonia continental, muy jugosa y de potente sabor. Otra maravilla culinaria de Peumayén que merece aplausos de pie. Su vino, recomendación de Gustavo; un Cabernet Sauvignon Espino del Valle del Maipo.
Entre plato y plato hay sofisticados y sabrosos “cortes de sabor” para neutralizar el paladar. Ensalada fría de porotos, Crocante de Cochayuyo y Bomba nortina con pastelera de chocolate, cumplen su función a cabalidad.
Y para terminar, el festín dulce estuvo a cargo, nuevamente, de una degustación de lo mejor de Peumayén. Granizado muña muña, frito de queso de cabra y quínoa. Una mezcla realmente exquisita, con toda la potencia de este queso ¡en un postre! Además, Frío de plátano y piña poe y Sandía con sal de Cahuil, helado de harina tostada y berros. Fresco, colorido.
En Peumayén hay pasión, hay identidad, hay estudio y preparaciones increíbles. Te enamoras de las raíces de nuestra gastronomía que creímos olvidadas, pero que aquí puedes volver a descubrir.
¿Dónde? Constitución 136, Barrio Bellavista, Providencia.