Cuando un restaurante te provoca la sensación de calidez, confortabilidad y paz, a mi parecer, la comida se disfruta mucho mejor. Y eso fue lo que me pasó en Portalón Pura Cocina que, sumado a la luz tenue de sus lámparas, me entregó un ambiente excelente para disfrutar de una buena velada.
Fui un miércoles en la noche y el lugar llamó inmediatamente mi atención por el blanco de su decoración y los motivos marítimos que le dan vida. Una cuerda de un kilómetro de largo abraza uno de los pilares de la entrada.
Me recibió Fernando Cáceres, administrador de Portalón, el que amablemente me invitó a sentarme en la mesa que yo escogera. Decidí sentarme en una que tenía un sitial grande forrado en azul, para sentirme como una princesa. Hablamos de la carta que tienen para ofrecer, versátil, pero acotada, sencilla y muy honesta en la que se incluyen pescados, carnes, pastas y otros manjares.
A la conversación se sumó el chef y dueño Juan Carlos Bozo, quien con orgullo, me contó que pertenece a Les Toques Blanches, una famosa asociación de cocineros que destacan por su excelencia y trayectoria en la cocina.
¡Vamos a la comida! Para comenzar, como aperitivo pudimos degustar (mi comensal y yo) unas suaves Machas a la Parmesana de Peñuelas con espuma de berros y unos infalibles Tiraditos de Pulpo con Aceitunas Moradas, aliñados a la perfección con oliva, pimienta y ciboulette. Ambos petit bouché muy cremosos y frescos, y las aceitunas en el pulpo le daban un justo amargor.
Portalón en Santiago nace como una extensión del exitoso restaurante del mismo nombre que tienen en Puerto Velero, en la Cuarta Región, y que ya tiene seis años de existencia.
Para continuar la conversación y la comida, nos trajeron dos platos que demostraron la calidad de las preparaciones que aquí podemos encontrar. Penne Rigate con camarones y palta y un Filete con Ragout de champiñones. Ambos diferentes entre sí, pero tan deliciosos que no sabes con cuál quedarte como favorito.
El Penne Rigate al dente tenía dos tipos de camarones, ecuatorianos y del Limarí, además de una aromatización de merquén ahumado y comino. Un plato colorido, sabroso y muy contundente. Debo confesar que fue mi favorito.
Por su parte, el Filete venía con una corona de queso de cabra que le aportaba mucha textura, en compañía de frutos secos en jugo de setas silvestres más papas chilotas y gavilla de porotos verdes. Para los amantes de la carne, es un verdadero placer poder saborear un bocado de este plato. ¡Que gran infusión de elementos de la tierra!
Portalón lleva pocos meses abierto y ya están pensando en hacer algunas renovaciones en la carta el próximo mes. Allí se incorporará un Open Bar de lunes a sábado para dar potencia a las tardes después de la oficina, además de sushi, sándwiches, ceviches y más pastas. Todo esto con el fin de encantar cada vez más a sus comensales.
Ya era hora de irnos y cerrar esta deliciosa experiencia, pero no sin antes probar alguna preparación dulce que nos dejara listas para ir a dormir. Le pedí al chef Juan Carlos que me sorprendiera con alguna elección suya y tuvo la magnífica idea de traernos un Praliné de Quínoa Inflada. Un postre muy aromático debido a la naranja que lo decora, logrando un equilibrio muy potente entre el cítrico de esta fruta y el amargor del chocolate. Comerlo lentamente se transforma en todo un acontecimiento.
Felicidades al chef Juan Carlos Bozo, a Fernando, a María de los Ángeles y a todo el equipo de Portalón Pura Cocina por apostar por aquella comida que nos gusta tanto a los chilenos y que siempre agradecemos: comida simple, con sabores intensos, rescatando lo nuestro.
¿Dónde?: Avenida José Alcalde Délano #10425, local 16/19, Lo Barnechea.