¡SAHNE NUSS® TE LLEVA A VER A LUIS MIGUEL!

  • Gracias a los nuevos sabores Crunch Caramelo y 65% Cacao podrás ver al Sol de México desde una posición privilegiada.

Luis Miguel regresa a Chile con 10 conciertos y qué mejor que asistir a uno de sus shows luego de disfrutar una de las irresistibles nuevas versiones de Sahne Nuss®. Así es, sólo prefiriendo un Crunch Caramelo o un 65% Cacao puedes ser el ganador de una de las 10 entradas dobles para ver al mexicano desde las primeras filas.

Para participar hay que seguir la cuenta @sahnenuss_chile en Instagram, registrarse en el link de la Bio y subir una historia probando alguna de las nuevas variedades usando como hashtag #TeamCrunchCaramelo y/o #Team65%Cacao. Así ya estarás participando para ser uno de los afortunados que verán uno de los espectáculos más esperados del año en nuestro país.

Tienes hasta el 25 de agosto para participar.

LA ALTA Y COLORIDA COCIDA DE LUIS AURELIO GARAY LLEGA A MAZERA VITACURA

Cuando un restaurante está tras las manos del talentoso chef Luis Aurelio Garay, se sabe que será algo bueno. La última cocina que asumió fue la de Mazera -Drinks & Food– en Vitacura- ex Las Leñas, en marzo de este año, para volver a encantar a los comensales con una propuesta repensada de platos coloridos, ricos, hogareños y de alta calidad.

Siguiendo una línea más bien de restobar, ofrece una amplia carta pensada para compartir, con excelente coctelería de autor, donde destacan los Mazerados ($5.900), pero también dirigida en aquellos que disfrutan de los ceviches, los sándwiches, las burgers y las carnes.

Así, mi recomendación es que no dejen de probar su Mazarella ($8.990) que es una mozzarella apanada frita,
sobre salsa pomodoro de tomate cherry, pesto, cebollitas en vinagre de betarraga y albahaca frita y tostadas. Un plato muy delicioso, de esos que no puedes dejar de meter la cuchara y disfrutar, de humedad perfecta. Dentro de su selección de ceviches, el Ceviche La Isla ($11.990) que logra representar en su superficie un coral hermosamente creado, trae cubos de salmón, leche de tigre clásica, jugo de naranja, piña asada con mantequilla y tomillo, jengibre encurtido, cebolla morada, menta, canchita y camote frito. Jugoso y con variadas texturas.

Y si busca salir de los productos marinos, su sándwich El Picado ($9.590) se muestra en un pan ciabatta de corteza crocante, con carne mechada, queso mantecoso, tomate, ají oro que le da un toque de acidez, cebolla estofada,  salame, BBQ y mayo ajo. Una fórmula que es difícil que pueda fallar y que de esta cocina sale muy bien lograda. La Milanesa de Res ($12.990) que viene apanada con pomodoro y queso gratinado, cebollita en vinagre de betarraga
y chips de pepperoni, no solo es bonita de admirar en su montaje, sino que además, se siente suave en boca, con toques justos de burbujeo otorgados por su baño en salsa de tomate y el vinagre.

¿Dónde? Vitacura 5321, Vitacura.

 

 

SWEET & SOUR: DESCUADRADO Y ATREVIDO

En mis recorridos por las distintas cocinas de Luis Aurelio Garay, siempre sé dónde voy a ir a parar. O más bien lo sabe mi paladar. A vivir experiencias diferentes. Lo supe inmediatamente cuando me llegó tan maravillosa invitación para ir a conocer Sweet & Sour en Alonso de Cordova 4060, calle que se ha atrevido a cerrar tiendas y abrir puertas de restaurantes.  ¿Sus dueños? Rodrigo Otaiza y Matías Supán.

Con la idea de acercar el restaurante a la barra, de modo que ambos sean un complemento y no componentes que sobreviven por separado -o peor aún, que uno opaque al otro- abrió esta propuesta hace solo algunas semanas, con servicio activo durante las tardes en una terraza muy sencilla, que esconde tremendas sorpresas.

La comida, a veces, viene servida en piedras de cantera, granito ala de mosca o piedras aluviales de río, un sello muy distintivo del chef Garay, quien echa a correr todo su talento y técnica en la cocina de Sweet & Sour de la mano de su proyecto personal de rescate, propuestas y asesorías gastronómicas, Torko. Así, se abre todo con los Locos Sour ($10.900), sobre cremoso de quinua negra, crème brûlée de palta, espuma de pisco sour y salicornioas -una especie de suculenta o plantita carnosa-. Plato lleno de emociones en boca, espumoso como una nube, ácido, con textura por el loco, una entrada totalmente ganadora. Le sumamos un par de cocteles como el Spritz Bianco ($6.900) con vodka, licor de flores de sauco, jugo fresco de manzana verde, albahaca y espumante brut. O el RoseMary ($6.900) con Sky vodka, jugo de pomelo y romero. Tan simple, tan rico.

La barra la encabeza Maxi Leal, bartender, e instructor en Mundo Bar, que derrocha talento. Coctelería pensada en hacer un equilibrado maridaje con la carta. Es como decir «todos para uno y uno para todos». En sus cocteles hay trabajos de tiempos, temperaturas y macerados que logran un nivel muy elevado, para competir con cualquier otra oferta del lugar. Pida que le propongan un maridaje, aquí son expertos en la materia.

¿Qué lindas las fotos, verdad? La experiencia será igual de linda cuando vayas a Sweet & Sour. Todo es tan descuadrado y atrevido, pero con gran técnica, tanto en barra como en cocina. El festín de la tarde/noche siguió con un Tártaro de Jibia y Ulte ($8.900) que resulta ser todo un espectáculo que se desarrolla bajo una nube de nitrógeno que saca a flote el caldo láctico, la manzana verde, el cilantro y la esencia de St. Germain. Como parte también de las entradas, probé el Tártaro de Ciervo ($10.900) con encurtidos y yema curada, con emulsión de higos, muy rico, de carne elástica y sabores agridulces. Cierro esta tanda de comida con la Tarta ($6.900) una tartaleta agridulce de carne de jabalí, ciruelas y texturas de betarraga. Una delicia solo para paladares atrevidos.

Aquí metemos coctelería otra vez. Un Bahama Mama ($6.900) con mix de rones infusionados con banana, jugo de piña y naranja extraidos en el momento y crema de coco. Definitivamente uno de mis favoritos, con cuerpo, aroma y lleno de frescor. Le sugiero preguntar por el Red Snaper ($6.900) con Gin Hendrix, jugo de tomate y pepino fresco estilo gaspacho -no tan pesado- frambuesas, gotas de tabasco y condimentos de Bloody Mary, picoso y refrescante.

El Filete de Jurel ($11.900) con puré de brócoli, paté ahumado de berenjenas, rábano silvestre encurtido y salsa de chancaca/cochayuyo busca reivindicar la figura de este pez tan nuestro que abunda en las costas del Pacífico. Es como vestirlo pituco para que, medio disfrazado, sepamos apreciar la sabrosura y riquesa que tiene. En este plato balanceado, se logra. Te conquista también con su característico aroma.

Cuando probé las Paletas de Queso de Cabra ($6.900) literalmente bailé. Un lácteo maridado por siete dias en salsa de miel y ajo, acompañado de quínoa inflada que llega a la mesa prendido y ahumado, logrando un toque único.

Si no fuera por el bendito toque de queda, nos quedamos hasta el amanecer. Pero la velada debía terminar. Y el cierre, estuvo por completo en el nivel de toda la carta que pude probar. Aquí nuevamente Maxi Leal llega con coctelería de sabores simples y bien logrados a través del Apple Fashioned ($6.900) un whisky Glenfiddish de 12 años, manzanza verde, jerez y frutos secos, infusionados mágicamente en Sous Vide -al vacío- durante 4 horas a 45°.  Para balancear el paladar, lo acompañé de Floral ($5.500) una hermosa y exquisita creación de mousse frío de polen, mermelada de zanahoria, merengue tostado y bizcocho de miel multiflora embebido en ron.  Un paseo por un bosque nativo maravilloso, repelto de dulzores y viscosidades. Un sello de oro. ¡Aplausos de pie!

¿Dónde? Alonso de Cordova 4060, Vitacura.

¡ATREVIDA! ASÍ ES LA NUEVA APUESTA DE GALPÓN ITALIA EN SU REAPERTURA

Marzo 2020. Última salida a reseñar, ignorando los meses de encierro y paralización (casi) total del rubro de la gastronomía. Noviembre 2020, comienzo a formar las palabras de esta nueva reseña, aún en pandemia, pero la que da inicio a la nueva normalidad a la cual poco a poco nos hemos tenido que acostumbrar.

Y creo que no pude elegir escenario mejor para volver a las andanzas sibaritas que ir a conocer lo nuevo de Galpón Italia, de mi querido Luis Aurelio Garay a quien describiría como rupturista y atrevido, proponiendo cartas prolijas en un barrio que es más chascón, como es el Barrio Italia. Su partner en esta nueva aventura; Yefry Avilera, un bartender de experiencia internacional que le hace el match perfecto al chef, porque él también se atreve a sacarnos de la zona de confort.

La nueva carta se compone de platos fríos, platos calientes, carnes, pescados, hamburguesas, sanguchitos y postres. En ellos, encontramos lo que usualmente Luis Aurelio acostumbra a presentarnos; color, niveles, texturas y juegos divertidos. No se puede no pensar en aquello al ver el Ice Fish ($6.900) presentado como si fuera un helado, con cono incluido, que lleva ceviche mixto de salmón y reineta macerado en betarraga con crema helada de palta, ajo tostado, salsa de ají amarillo y trigo mote suflado, que entrega el crunchi que todo buen ceviche debe tener.

Sorprende también el plato de Coles Asadas ($4.900) que cual misterioso bosque encantado decora solo la mitad del plato y que en cada cucharada mezcla con entusiasmo la coliflor y la col morada asadas, servidas sobre salsa blanca perfumada en cardamomo, hojuelas de ajo frito y perejil crespo fresco. Además, el infalible Pulpo ($9.700) cocinado a baja temperatura por siete horas, logra mantener su forma y consistencia, sobre cuscús de clorofila de espinaca, puré de calamar, salsa de cochayuyo con res y mayonesa de betarraga.

Esta nueva apuesta culinaria, resguardada por estrictos protocolos sanitarios tanto en el personal de Galpón Italia, como en sus instalaciones, te hace cruzar por diversas emociones; te sorprendes, sientes curiosidad, rememoras sabores del pasado y sientes mucha calidez. Este último, es el calificativo perfecto para el plato de Chupe de Queso ($5.200) de esos que se puede cucharear infinitamente, por minutos, hasta llegar al final y saborear cada bocado de guiso de pan y queso mantecoso, papa, cebolla y comino, sus zanahorias asadas y mermelada de zanahoria con su vibrante color y parmesano con ceniza vegetal.

Y la magia no es algo extraño en la cocina de este virtuoso cocinero oriundo de Petorca, pues el Camarón Curry ($6.900) se monta sobre un caldo de col morada que cambia de color y se contrasta de manera brillante con la cocción en curry rojo, la palta, el cebollín, el limón y la menta. Se acompaña de tostadas.

La coctelería de Yefry Avilera podría correr por carril propio perfectamente, pero si la maridamos con los platos de Luis Aurelio hay un equilibrio de locura que se agradece mucho. Uno, dos y tres sorbos fueron necesarios para descubrir mi gusto por el Machu Picchu ($6.100) un coctel de Pisco Barsol, St Germain, puré de maíz, syrup de ají amarillo y yuzu-limón. Diferente y fresco, como la mayoría de las otras seis de las siete maravillas -literalmente- que forman parte de esta ambiciosa y genial apuesta.

También puedo destacar el Petra Jordania ($6.100) con Gin Beefeater, cordial Mediterráneo, syrup Kaffir lime, tzatziki de menta y cilantro y jugo de pomelo. Inquietante y con cuerpo, con sabores dignos de ser descubiertos. Por otra parte Coliseo Romano ($8.100) se compone de Vodka Ciroc, Cordial Milano, Syrup red dragón, jugo de
pomelo y splash tónica. Trae unos chips de plátano frito para acompañar, otorgando toques de dulzura. Tragos que se arman en base a insumos y sabores primarios bien trabajados, pero que en su conjunto, nos llevan a sacar nuestras propias conclusiones.

¿Dónde? Galpón Italia, Avenida Italia 1175, Providencia.

GALPÓN ITALIA: EL GOLPE DE ENERGÍA Y SABOR QUE FALTABA EN EL TRADICIONAL BARRIO GASTRONÓMICO

¡No deja de sorprenderme! Definitivamente me gusta mucho todo lo que hace el chef Luis Aurelio Garay, mente creativa tras los pasados proyectos 17°56° y Warú (que se extraña). Hoy, está a la cabeza de Galpón Italia, un espacio destinado a los más ricos manjares en torno a la parrilla y con valor agregado en una maravillosa coctelería. La estética industrial y el arte se toman los espacios abiertos del lugar.

Este concepto de picoteo con los amigos, busca que pidas algún buen corte de carne, que vienen en tablas, y lo acompañes de un complemento. Entre ellos, las Berenjenas ($4.800) grilladas a la parrilla, suaves y de sabor muy homogéneo. O el Pimentón Relleno ($4.700) que viene con una mayo de merkén que pica, pero que tiene un rico juego de sabores con el pino de quínoa. La presentación ambos platos son cuento aparte.

La tabla de Malaya de Cerdo ($7.900) es una buenísima elección, bien cítrica, porque viene al limón, con papa mechuñe -del enorme jardín de la papa chilota-, mermelada de zanahoria y menta. Con capa crocante y exquisito sabor.  Y si busca una carne que no esté parrillada, puede irse a la segura con el Crudo de Res ($6.900) -Ganso al igual que la carne de las hamburguesas-machacado y bien sazonado con especias, con una novedosa mayonesa de ceniza vegetal, brócoli asado, pepinillos y alcaparras.

Y si nos vamos directamente al estelar, que son las carnes de corte americano, la Tabla Mix ($15.900) trae generosos 500 gramos que se conforman de Lomo Vetado, Flat Iron y Entraña los que, a la parrilla, se dejan sentir con el sabor y la textura de una carne bien preparada. Además, todas las tablas vienen acompañadas de papas nativas con chimichurri y vegetales asados. Ojo, que también hay una tabla de vegetales como alternativa verde.

¿Hablemos de la tremenda coctelería que tiene Galpón Italia? Porque Yefry Avilera, un gentil y talentoso venezolano, se luce con las creaciones. De entradita partimos con la Poetisa que se compone de pisco St Germain, Campari, jugo de limón e hibiscus, muy refrescante y herbal con ese contraste dulce y amargo que fascina. Por otro lado está el Artesano, que es muy fácil de tomar, por lo que debe tener cuidaaaado. Trae gin, mezcal, jugo de maracuya, limón, Aperol, frutos rojos y syrup y se siente simple y honesto en boca. ¿Otro más? Caribbean Mule tiene carácter y es muy refrescante, de sabor curioso que incita a descubrirlo. Todos, tienen un precio único de $6.500.

Las Setas en Tomatada ($4.600) son el plato cuchareable de Galpón Italia. Son cuatro champiñones rellenos con pino vegetal y parmesano gratinado, sobre salsa de tomate con albahaca, láminas de más queso y aceite de trufas ¡Puntos extra! Sabor con fuerza pero de sensación sedosa y ácida.

Y, como todo lo que hace Luis Aurelio Garay es atrevido, no me asombró cuando me contó que había llegado a la mesa un postre de Cebolla y Pimiento ($3.500) que es básicamente una cebolla -haciendo alusión al vegetal con que se limpia la parrilla- asada con azúcar rubia, pimiento molle y helado de vainilla al bourbón. «Es una locura mía», me comenta Luis junto a la mesa y claro que lo es, pero el resultado es realmente fascinante, no la pase por alto.

¿Dónde? Av. Italia 1175, Providencia.

 

17º/56º COCINA Y BAR, LA NUEVA JOYITA DE LUIS AURELIO GARAY

«Dicen que Chile es una isla, pero también una ruta. Un camino entre montañas y océanos. Un lugar donde se encuentran muchos lugares. En el camino, al medio de la ruta, 17º/56º es la pausa necesaria». En letras bien grandes se aprecia este texto en una de las paredes del restaurante 17º/56º Cocina y Bar, la última apertura bajo los fuegos de Luis Aurelio Garay, como ya sabemos, ex Capicúa y actual Warú, entre otros importantes proyectos.

Y estas palabras bien calzan con el concepto de una de las grandes aperturas del 2017 a mi parecer. Sabores y productos nacionales recorriendo nuestro país de punta a cabo. Desde Arica (17º) a Cabo de Hornos (56º) y con una coctelería de autor de la mano del mixólogo Christian Chamorro que sorprende y que está compuesta por un 99% de creaciones basadas en pisco, a fin de potenciarlo, como es la consigna del rubo últimamente.

Y justamente partí probando el 17º/56º, un cóctel a base de pisco chileno, jarabe de marraqueta como gran distinción, jengibre y Ginger Ale. Y aquí claramente la marraqueta es la que representa a Chile en este líquido que es amable de beber, fresco y en donde se siente el dulzor del syrup de marraqueta y el toque característico del jengibre. Un buen representante de la casa.

Mientras disfrutaba de mi cóctel, Luis Aurelio vino a sorprenderme con una de las entradas de la carta, que también es de autor. Un Ceviche de Pescado con una Reineta como protagonista, papas asadas, palta y maíz andino tostado marinado en leche de tigre chilena hecha a base de cilantro y tomate. Un plato con buena acidez y con sabor a Reineta que queda en boca. La papa asada, que reemplaza de alguna forma al pan, juega un gran rol en el plato al darle cuerpo y contraste. ¡Me encantó!

Lo siguiente en mi paladar fue el Cordero Picante, también oferta entre las entradas. Podría compararse con las clásicas ribs gringas, pero en versión bien criolla ya que son costillas de cordero asadas con merkén ahumado, fondue de quesos, hongos silvestres y papas chilotas. Una delicia para amantes de lo picante porque queda rondando y que se suaviza al degustar sus otros ingredientes. Un plato potente, de gran carácter.

Lo entretenido de la carta del 17º/56º es que Los Paralelos se pueden pedir al plato y en sándwich con exactamente los mismo ingredientes y con una proteína representando a cada zona de nuestra tierra. Es así como probé el Cabrito (Paralelo 30ª) representando a la zona centro norte.  Cocinado en vino tinto por 12 horas, tomaticán casero, crocante de queso maduro, berros y emulsión de papayas nortinas.

Mi experiencia: Un plato cálido, sabroso y jugoso. «Una islita de sabor» como bien lo definió Luis Aurelio. Con mucho comino, el tomaticán me hizo viajar a la infancia con su dulzor sutil que se ve abruptamente interrumpido por el crocante de queso. Un juego total en la boca.

El 17º/56º tiene terraza, interior y segundo piso. Es acogedor y de mobiliario industrial moderno. Su barra es abierta y te puedes sentar frente a ella, creando una atmósfera muy distendida y viendo como Christian Chamorro crea maravillas con los destilados. Como el Mapuche, nuevamente con pisco chileno, araucano, pera, sweet and sour y soda.  Efervesente y poderoso.

Y como no hay buen final sin un postre, probé la Hojarasca, Lúcuma y Merengue, uno de esos dulzores que vienen tan lindos y bien montados que piensas que es un sacrificio comerlo. Pero, ¿cómo habría de contarles si no pruebo? Así que tuve que sacrificarlo. Una torta de hojarascas crocantes con manjar de lúcuma y lingotes de merengue suizo. Sus capas se quiebran como vidrio de azúcar, con una menta poleo coqueta en el plato que funciona como un lavadito de boca.

Lo he comentado muchas veces. Cuando uno ya ha visitado muchos restaurantes y va conociendo a los chef, sus proyectos y carreras, poco a poco los comienzas a seguir como una groupie, en el buen sentido de la palabra. Como un fan. Y me pasa con Luis Aurelio Garay, porque he conocido su cocina y sé que siempre logra sorprenderme. Los invito a sorprenderse a ustedes también.

¿Dónde? Andrés de Fuenzalida 48, Providencia. Santiago.

 

 

 

LOS COLORES Y LA COCINA CONSCIENTE DE WARÚ

Si hay que hablar de una apuesta gastronómica abierta este 2017 que sea diferente, exquisita y bien lograda, los primeros en mi lista son los chicos de Warú. Es que se me llenan los ojitos de emoción cuando hablo de ellos. Y tengo testigos.

Con un chef tan seco como Luis Aurelio Garay (ex Boragó, Capicúa y actual 17º 56º) a la cabeza de las preparaciones, nada podría salir mal. Y mis experiencias hasta ahora han sido fabulosas. Se nota el amor por la cocina y el gusto por las ideas innovadoras.

Si aún no tienen el placer de conocer Warú, les cuento que básicamente trabajan con dos conceptos bases: Flexitariano y Desperdicio Cero. Aquí, la propuesta es en base a los vegetales pero incluyendo algunas proteínas animales como pescado, huevos o leche, utilizando las verduras de ton a son. Aquí nada se pierde y es así como cáscaras, semillas, tallos, brotes y hojas se juntan para crear platos asombrosos.

Más encima hacen su propio pancito, que fue el tentempié ideal para comenzar la experiencia. Siempre son diferentes y esta vez me tocó probar el de Cebolla y el de Calamar y empaparlos en una salsa de tomates asados y ají negro. ¡Delicioso!

En Warú se manejan solamente con menú de almuerzo de lunes a viernes con alternativas de dos entradas, dos fondos y dos postres a elección. Los platos cambian todos los días, pero hay algunos que se van repitiendo debido al éxito que han tenido. Se han creado más de 100 platos en lo que va desde su apertura a principios de este año.

Como entrada, Luis creó dos geniales opciones: una Crema de Zapallo y Mostaza, muy sabrosa y con una acidez justa. La mostaza en este caso se hizo notar. También presentó un Gaspacho de Tomates, mote y vegetales que estaba fresco y colorido, con texturas diferentes en paladar.

Para los fondos una Tortilla de Acelga con Pastelera de Choclo que a mi, que no me gusta la acelga, me encantó, con un perfume de menta que enamora a cualquier comensal.

Y sí, yo soy re mañosa con los vegetales que no sean verdes, pero en Warú no hay caso de que no disfrute de cada plato y eso da cuenta de lo bien preparado que está todo. Y con cariño, con mucho cariño.

Junto a la acelga probé otra de mis enemigas; Pantrucas, betarragas y camarón. La del medio es mi enemiga. Pero estaba tan alucinante el plato que perfecto para mi. La crema de betarragas estaba hecha con las hojas de esta. Un plato potente y sanito como el yogurt (como toda la propuesta de Warú) Los camarones aportando con su crocancia y las pantrucas perdidas en la crema de betarragas te daban la sorpresa.

El cierre dulce y feliz estuvo a cargo de dos maravillas de la repostería de Warú. Primero una Leche Asada de Arándanos (de vaca o soya) mojadita como tiene que ser, adornada por dos pelotitas de crema vegetal otorgándole altura al postre. Los arándanos nada de ácidos. Un postre frío y dulce en su justa medida.

Pero lo que vino a continuación me voló la cabeza y arrojó cada pedacito en mi corazón sibarita. El Plátano, Merengue y Curry pasó a ser uno de los postres más ricos que he comido en mi vida.  Con base de merengue, seguido por plátanos asados y crema de curry amarillo. Parecía estarme comiendo una nube de lo suave y esponjoso que era. Además estaba rociado con azúcar de carbón que rompía con todo el protocolo dulce de la preparación. ¡Una maravilla para cucharear sin parar!

Afortunadamente para el mundo de colores y vegetales de Warú se vienen cosas nuevas. ¡Y cuánto se agradecen los lugares como estos! Y ojo que aquí entran comensales de todo tipo, y eso, es genial. #WarúLover.

¿Dónde? Santa Lucía 168, Santiago.

 

ETIENNE MARCEL ABRE UN NUEVO CONCEPTO EN LUIS PASTEUR

Se conocía a Etienne Marcel, como pastelería y salón de té ubicada en una esquina muy íntima cerca del barrio Italia. Un palacio del dulce con toda la delicadeza francesa. Hoy, Etienne abre un nuevo concepto en Vitacura: un “Café Francais” que incluirá de manera  inédita “el lado salado” donde se podrá disfrutar de los clásicos sándwich en pan baguette, quiches, ensaladas, Croque Monsieur; todas preparaciones caseras hechas con productos frescos en las nuevas cocinas.

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El café estará  ubicado en Luis Pasteur 5441 y cuenta con 80 metros cuadrados interior y 110 metros cuadrados de terraza con mesas y sofás. Área de juegos infantiles. Variedad de brunchs los sábados y domingos

Este nuevo concepto está creado con dos nuevos protagonistas; Celine Monnier y Charles Edouard Anthony, quiénes elaboraran cada día las preparaciones saladas de la mejor calidad y con todo el sabor francés. Entre las preparaciones que se podrán encontrar en el nuevo local,  destacan las galettes, elaboradas con harina de sarraceno y no con la misma masa que los crepes, perfecto para celiacos. En realidad, el trigo sarraceno no es un cereal, sino alforfón, por lo que es ideal  para todos aquellos con alergias alimentarias, entre muchas más novedades.

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Etienne Marcel siempre se dedicó a la dulzura y repostería francesa. Al  conocer a Celine y Charles y sus ricas preparaciones saladas, la simbiosis fue inmediata, así nació el Café Francais. Un lugar familiar donde se podrá disfrutar de las especialidades francesas desde el desayuno hasta la once”, comenta Eliott Laburthe-Tolra, socio y chef de Etienne Marcel.

Más información teléfono 228130755 y en su página web: www.etienne-marcel.cl/cafe 

PROBANDO CHILE DE NORTE A SUR A TRAVÉS DEL SABOR DE CAPICÚA

Es innegable el boom de sandwicherías que hay en nuestro país. En Santiago, todos los polos gastronómicos se han sumado a la tendencia. Y Manuel Montt no es la excepción. Es aquí en donde hace poco más de dos meses abrió la sandwichería Capicúa.

¿Qué la diferencia de las otras sandwicherías? En Capicúa podemos conocer a todo nuestro Chilito a través del sabor. Así es, porque su carta presenta 17 sanguchitos que incluyen diferentes manjares representativos de cada región del país en diferentes tipos de pan. Carnes, pescados y verduras deleitan el paladar de los comensales.

El lugar es pequeño y muy acogedor. Y no necesita más, ya que todo su potencial está en sus ricas preparaciones. ¿Están ansiosos por saber lo que ofrecen? Pues, aquí vamos.

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Junto a mi comensal nos dimos un festín. Hay que llevar la guatita vacía para disfrutar como corresponde, porque los sándwiches son bien grandes. Pablo Contreras, uno de los socios fundadores de Capicúa, nos recibió muy amablemente y nos sugirió tres placeres de la carta.

Llegaron todos al mismo tiempo y nuestros ojos casi salieron de sus órbitas. Los sándwiches van acompañados de ricas papitas y coloridas mayonesas y salsas como la mayo de betarraga, la mayo de ajo negro, la mayo de la casa y el pebre de cochayuyo.

Para comenzar probamos la Vidriola en pan amasado. Este pescado, preparado en escabeche, viene de la isla de Juan Fernández y se complementa con aros de cebolla, zanahorias y rábano crocante, además de lechuga costina y mayonesa cítrica. Un sándwich fresco, de largo paladar y de sabor suave pero prolongado. ¡Una delicia!

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Para beber, tomamos un agua de la mítica Rica Rica. Aromática y muy dulce. También probamos agua de Harina de Algarrobo, ideal para ingredientes más pesados como el cordero.

Continuamos con la zona norte del país. Tuvimos el placer de comer una Mechada de Cabrito directamente desde Ovalle, en pan de churrascas, es cocinado al vino tinto con cebolla y zanahorias sazonadas en comino, queso de cabra grillado, mermelada de ajíes verdes, y berros frescos. Según Pablo, es el más exitoso hasta el momento y pudimos comprobar el por qué. Rico como el solo y el pan de churrascas, fabricado en casa, le da cuerpo y consistencia.

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Para finalizar y cuando nuestra conciencia decía «basta» y nuestra sed de hambre decía «dale no más», probamos el Cordero Asado en pan amasado. Y bueno, el cordero es infalible ¿no? Desde la región de Magallanes a Santiago con amor. Y no solo amor, sino que también con hierbas aromáticas, queso mantecoso fundido (ahí yo caí rendida), láminas de tomate de huerta, cebolla asada, perejil fresco y ensaladilla de hojas de vegetales.

«Quedé conforme con el resultado de la carta», nos asegura el chef a cargo de este buque, Luis Garay, quien anteriormente trabajó para nada menos que Boragó y Cascarrabia. Y como se nota su pasión y profesionalismo en la apuesta gastronómica que hace en Capicúa. ¡Felicidades chef!

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Los chicos están prontos a hacer algunos cambios en la carta y nos traerán sorpresas para septiembre. Atentos a un nuevo sanguchito de Costillar de Cerdo y otro con los ingredientes de una empanada. ¡Que rico! También nos contó el chef que pronto se viene…¡la marraqueta! Amor eterno a ella. Y sí, amor eterno a Capicúa también. ¡No dejen de ir!

¿Dónde?: Av. Manuel Montt #748, Providencia.