Si hay un lugar en el mundo en donde se come rico y en abundancia, es en el sur de Chile. ¿Estamos en lo cierto? Y bajo esa premisa, no existe nada más maravilloso que encontrar un lugar en Santiago que se base en ese principio.
Y eso es lo que ocurre aquí. Hoy les contaré sobre mi experiencia en Mar y Tierra Gourmet, un restaurante que abrió hace sólo unos meses de la mano de Fermín Santibáñez y Claudia Mujica, un adorable y simpático matrimonio proveniente de Puerto Varas, y que ya ha conquistado el corazón de sus comensales. Y el mío dicho sea de paso.
Hamburguesas, sándwiches y tablas abundantes y sabrosas es la propuesta que tienen, además de gran variedad de cervezas artesanales, vinos, coctelería y destilados para maridar. Es entretenido como ellos han apostado por la cerveza artesanal y como le han dado un lugar destacado en su carta de tragos, ya que las tienen detalladas por región. De esta manera podemos encontrar ocho regiones incluidas en la carta, para que podamos hacer salud de norte a sur.
Y bueno, vamos al tema principal, la comida. Para comenzar llegaron a la mesa dos lindas ensaladas más el típico Crudo Valdiviano (con huevo) que parecía sacado de una obra de arte. Carne fresca de res de Osorno, guarnición de pepinillos, cebolla morada, mostaza de grano, perejil, salsa de yogurt de la casa, con una hermosa corona de yema de huevo de campo. ¡Una delicia muy fresca! Y la porción alcanza perfectamente para dos.
Las ensaladas, por su parte, podrían ser perfectamente un plato principal. Rebosantes de verduras frescas, me dejaron muy pero muy satisfecha. La Fundo Antillanca lleva un mix de lechugas, tomates al oliva, papas sureñas, aceitunas, huevo pochado de campo (que está muy popular por estos días) porotos verdes y anchoas. Y les cuento algo, el precio es fantástico. Sólo vale $4.990. La otra ensalada que tuve el placer de probar, porque sí, te causan placer, fue la Del Huerto que entre sus principales y ricos ingredientes tiene una trilogía de quínoa orgánica. Si les da la guatita, pidan hamburguesa y ensalada.
Para seguir la velada, llegaron las famosas hamburguesas. Y pude comprobar in situ por qué se están volviendo tan populares. En primer lugar, vale la pena decir que las hamburguesas son hechas ahí mismo, caseras 100% y probablemente sea eso lo que las hace tan sabrosas. Tuve la posibilidad de probar dos de ellas (y digo probar porque no fui capaz de comerme ni una entera, son enormes, así que si va, vaya con hambre).
Probé la Del Seba (nombre en honor a uno de los hijos del matrimonio) y la Mar y Tierra. Había que probar una con nombre de la casa. La primera maravilla, bah, digo, hamburguesa, estaba hecha con carne de vacuno con chorizo, queso cheddar (mi favorito por siempre), palta, tomate fresco, tocino a la plancha y aros de cebolla frito. ¿Se la pueden imaginar? ¡Yo la pude probar! Estaba exquisita.
La segunda, la Mar y Tierra, se lucía con vacuno y camarones apanados sobre una típica ensalada a la chilena tibia, champiñones, ostras asadas y tiernas hojas de lechuga. Y para que no sigan sufriendo con estas descripciones, les dejo fotos de ellas. No me odien.
Como si esto fuera poco, Fermín junto a Claudia y el chef ejecutivo Jorge Seguel, no me dejaron ir sin que antes probara una de sus tablas. ¿Qué? ¿Más comida? Y por supuesto, no pude negarme. La Campesina llegó a la mesa marcando presencia de inmediato. No sólo estaba bien montada, sino que además emanaba un aroma tan rico, que era imposible no comenzar a probarla mientras el chef se daba el tiempo de explicarme algunas cosas. Costilla ahumado a la chilena, alitas de pollo a la mostaza, carne mechada de la casa, papas bravas, mortero de palta y champiñones al ajillo. Ideal para acompañarla con un buen vino y una extensa conversación.
Uno de los objetivos de Mar y Tierra Gourmet es entregar comida que se destaque por su sabor, comida que, al probarla, te transporte de inmediato al sur de nuestro país. Abundante, rica, calientita, pero en un formato adaptado a los nuevos tiempos gastronómicos. Ingredientes de mar y de tierra como su nombre lo consigna.
Para cerrar, y como es casi obligación, probé los postres. Mouse de frutos del bosque y Panqueque Celestino, hecho con una receta única y original del sub chef Marco Letelier, el cual me contó que con sus propuestas dulces buscan volver a las recetas caseras, a la cocina de la abuelita que tanto nos gusta.
Qué más puedo decir. Mar y Tierra Gourmet es un verdadero descubrimiento. Tiene una atmósfera genial, ya que sus propios dueños lo atienden, se acercan a tu mesa, los garzones te tratan con amabilidad, siempre preocupados de que tu velada sea redondita. Es un gran lugar. Y sigan mi consejo, si van, vayan con mucha hambre.
¿Dónde?: Alonso de Córdova 4134, Vitacura.