Desde enero de este año, casi en la esquina de la calle Rancagua con Avenida Vicuña Mackenna, se encuentra todo el sabor ecuatoriano del restaurante Patacón, en un lugar que no ostenta de gran tamaño, pero que sí lo hace en su gastronomía e identidad.
No pudo recibirme alguien más adecuado para mostrarme la comida de la mitad del mundo; Jorge Quizhpe, chef de la Embajada de Ecuador en Chile y chef también de ProEcuador. «Mi cocina es un rescate país» comienza advirtiéndome y contextualizando una carta 100% ecuatoriana con los mejores insumos locales.
Fui en vísperas a la celebración del Día de los Muertos, por lo que me tocó probar una tradición culinaria religiosa que los ecuatorianos utilizan como ofrenda para sus difuntos. La Colada Morada acompañada de una guagua representada en un pan dulce decorado como tal. Una dupla agradable. La colada, hecha de harina de maíz negra y frutos rojos, te la puedes tomar fría, tibia o caliente. Yo la preferí fría y se me dio bastante bien. Además, después puedes cucharear la frutita que va quedando en el vaso. Es espesa.
Dentro de las entradas o Antojitos que tiene la carta, probé primero la Empanada de Verde preparada solamente con masa de plátano frito y rellena de queso (Gauda esta vez). Se siente harinosa en paladar pero con consistencia. Es suave y me supo a legumbres. Es muy rica y llenadora.
Lo que vino luego fue algo así como un culto a los colores y el montaje. La Canasta Patacón son unas mononitas cestas, hechas de plátano verde, rellenas con guacamole y camarones salteados en merquén ahumado (ahí el producto chileno). Los bocados se sienten dulces y cítricos a la vez, firmes. Tuve la ocurrencia de ponerles un poco de salsa de ajo que tenía sobre la mesa y ¡voilá! quedó todavía mejor.
A todo esto, no les he contado lo que estaba tomando. Me arriesgué y pedí lo menos usual de la carta de jugos. El de Tomate de Árbol que me entregó una buena dosis de acidez e hizo que mis primeros platos se sintieran más frescos.
El Ceviche Mixto fue uno de ellos. Con camarón y Toyo cocido, a diferencia del ceviche peruano, y un caldo de limón, tomate rojo, tomate de árbol, cebolla morada y cilantro, coronado por una porción de Chifles. Parecía ser un Gaspacho de no ser por el pescado y los camarones. Es fresco y nada ácido, con una crocancia justa que le dan los Chifles. Sí o sí es algo que tienen que probar.
Dentro de las opciones de fondo, Jorge quiso sorprenderme con un Encocado de Pescado. Me sentí totalmente tropical. Este plato se integra de Merluza y Molo que es una especie de puré de plátano verde con un protagónico sabor a coco, ya que tiene trocitos de este que tienen que ir descubriendo. Es un plato tibio y con mucha identidad. Y les advierto, es difícil parar de comerlo aunque sea súper generoso. ¡Me encantó!
Y para cerrar mi bien comida estadía en Patacón probé el Chocobanano, un postre muy tradicional de Ecuador que los remonta a la niñez. Y a mí también. ¿Recuerdan cuando habían plátanos maduros en casa y la mamá o alguien de la familia los hacía con leche en la juguera? Pues a eso me supo el Chocobanano. Dentro de este cascarón de chocolate ecuatoriano aparecen un puré de orito (que es un plátano miniatura muy dulce) y un mousse de banana que en un principio bien podría pasar por un helado pero que se suaviza a medida que va tomando temperatura y se vuelve cremoso.
Me encantó descubrir Patacón porque ofrecen una propuesta de gastronomía ecuatoriana real y preocupada. Jorge trajo un pedacito de su amada tierra hasta nuestros paladares de muy buena manera. Gracias por eso.
¿Dónde? Rancagua 032, Providencia.
EXCELENTE Y APETITOSA DESCRIPCION DE LA COMIDA ECUATORIANA, INVITA A ACUDIR A SABOREARLA, SOLO FALTO AGREGAR RELACION COSTO CALIDAD Y DINAMICA DE LA ATENCION, SALUDOS, EMPEZARE A SEGUIRLOS
Hola Juan Antonio. Muchas gracias por tus comentarios. Por línea editorial no hablo de precios, ya que pienso que si uno se atreve a vivir una experiencia gastronómica, no debe fijarse mucho en ese ítem. Tampoco visito lugares que no sean accesibles, y si así fuera, lo haría saber.
Sígueme en Instagram –> Bitácora de una Sibarita.
Cariños.