Como una forma de darles una nueva vitrina a aquellos cocineros chilenos que innovan y encantan con sus apuestas culinarias nace Viernes de Bistró, una propuesta de cocina colaborativa que quiere darle protagonismo a jóvenes chefs nacionales.
El escenario es el restaurante 45 Bistró, liderado por el reconocido chef español con más de una década en Chile, Sergio Barroso, quien ha estado detrás de proyectos tan emblemáticos como la cocina del hotel Palacio Astoreca en Valparaíso, el 040 restaurante, Olam, Nkiru Bar y el premiado 45 Bistró.
En estos Viernes de Bistró, los chefs invitados presentarán un menú único pensado y diseñado para la ocasión. Este pasado viernes 22 de marzo fue el turno del chef Manuel Balmaceda, quien lidera la cocina de Cora Bistró, luego de haber regresado de Francia, donde trabajó en Le K2 Altitude, restaurante con dos estrellas Michelin.
El chef Manuel Balmaceda destaca por poner en valor a los pequeños productores, rescatando los sabores auténticos de la cocina chilena con una impecable técnica que va de la mano con el respeto por la estacionalidad y el origen de cada ingrediente.
“Yo presenté una propuesta y 45 Bistró se acomodó a ella. Es un muy buen complemento acercarse a nuevas cocinas, a equipos que vienen conformados desde hace un tiempo y tienen su forma de trabajar. Es muy enriquecedor, llega una energía nueva, te saca un poco de la rutina. Te nutre”, aseguró el chef Balmaceda.
Por su parte, Sergio Barroso comentó que “se ha cumplido lo que hemos querido, que venga la gente y que lo pase bien, una cosa un poco más desenfada. Queríamos darle otro aire -a 45 Bistró- que no sea siempre lo mismo y estas colaboraciones han funcionado super bien”.
La velada, rodeada de un ambiente fresco y sencillo, se compuso de un menú tres tiempos, dividido en Para Compartir; Para Continuar y Cocina Dulce, más bebestibles de la casa donde destacaron el Vermouth Bianco y Rosso, cerveza y vino.
La primera etapa fue protagonizada por un plato de Palta, crema de lechuga costina, loco y chochas de Puerto Aldea -localidad ubicada en Tongoy- para seguir con un Tostón de Bonito ahumado y escabechado, ali oli con ajo asado, encurtidos y hierbas frescas, entregando todo un festín en boca.
El medio tiempo estuvo a cargo de una propuesta de mar y tierra que comenzó con un Arroz caldoso de mariscos con chipirón de Galicia -una especie de calamar- y merluza austral confitada. Acto seguido, un Cassoulet de conejo con hongos y porotos en su caldo y hojas aromáticas. Ambos platos, reconfortantes. Ambos, ejecutados y montados de manera muy prolija.
El cierre dulce fue con un Helado de miel de ulmo, crumble de almendras y jengibre, salsa de chancaca y naranja. Sabores y aromas tan nuestros, creando una enjundia maravillosa en cada cucharada.
El menú de Viernes de Bistró, tiene un valor único de 30 mil pesos y no incluye los bebestibles, que tienen un precio de $4.500 c/u, ni la propina por servicio. Se espera hacer al menos uno de estos eventos al mes con chefs, no solo de Santiago, sino que también de regiones.
Puedes leer esta reseña también en Revista Jengibre de diario El Mostrador