Había ido algunas veces por otros compromisos, pero esta vez me tocó ir a probar su carta. El frío afuera no daba tregua, por lo que entrar a Quijote Restaurante me resultó atractivo desde el primer momento. Y hablo del de Santiago, ya iré al de Concepción.
Esta nueva y generosa carta de invierno, que comenzó a principios de junio, se nutre de exquisitas cremas como gran novedad y mantiene, para su fiel clientela, los platos clásicos agregando aquellos que son más de temporada.
Las estrellas de la carta, como antes mencionaba, son tres: La Crema de Tomate, ácida y rica; la Crema de Lentejas, que se prepara tal como un plato, hasta con longaniza incluída, para luego pasar a cremarse, una delicia; y la Crema de Zapallo, un clásico de varios manteles invernales que nunca falla y que, con un toque de pesto como es en el caso de Quijote, queda insuperable.
El Sándwich de Merluza Frita y el Piqueo de Entraña fueron mis favoritos de la jornada. El primero con tomate, cebolla acaramelada, papas hilo, mayonesa y salsa verde en un pan que acompañó suavemente la preparación y la contuvo. Una renovada versión de un clásico de nuestras cosas. ¿Las entrañas? Llenas de sabor, acompañadas de papas nativas, vegetales grillados, salsa quijote y salsa verde para crear una completa armonía.
Quijote Restaurante está instalado en Santiago hace cinco años, en la calle Nueva York, intentado repetir el éxito que tiene su local penquista y que sin duda han logrado. Es cosa de ver a través de sus ventanales como los comensales repletan las mesas. Ellos mismos definen su carta como una «comida casera sin pretensiones».
¿Quieren cerrar con algo dulce? Pueden compartir una enorme y mojadita Torta Quijote. Tome nota: Hojarasca, biscocho vainilla, manjar, suspiro limeño, trozos de chocolate cubierta con merengue italiano y chocolate. Por otro lado, les recomiendo probar el tibio y dulce Strudel de Membrillo con Helado para cerrar con una rica acidez en boca.
Quijote Restaurante es una muy buena alternativa para almorzar en pleno centro capitalino. O tomar desayuno, once o ir después de la oficina por un buen trago. Aquí lo tienen todo, una opción redondita que vale la pena conocer.
¿Dónde? Calle Nueva York #52, Santiago.