Son preparaciones asiáticas con un sazón indiscutible. La carta de Ootoya se compone mayoritariamente de ramen, noodles y sushi, platos creados de forma deliciosa por el chef Peiyi Cai, que llegó a instalarse con camas y petacas al Barrio Bellavista en noviembre del 2017, a un local que tiene capacidad para 60 personas. Pequeñito, pero muy acogedor.
El picor es característico en Ootoya, pero no llega a ser peligroso. Aquí, fabrican sus propios productos como sus masas, pastas y salsa de soya. Y no hay duda de ello, ya que en cada bocado se puede sentir el sabor de la calidad hecha en casa.
Así, puedo partir por recomendarles varios platos; no olvide comenzar picoteando los adictivos Edamame ($3.280) estos porotos de soya tiernos, cocidos al vapor que seguramente no podrá soltar. Luego están las Gyozas ($4.980) que se cocinan también al vapor con un toque crocante y que vienen generosamente rellenas de una pasta de cerdo/camarón. Exquisitas.
Dentro de estos abre boca pequeñitos, encontramos también los Dumpling de Szechuan ($5.580) que son bastante parecidos a las Gyozas pero con una masa más gruesa y que vienen con una salsa de maní picante que le dan todo ese toque del Asia que tanto nos gusta. Y no deje pasar algo bien único que son los Dragon Ball ($6.980) langostinos en salsa de mayo japonesa con nuez confitada. Un sabor bastante especial con texturas que recuerdan a un yogurt.
Y si hablamos de los Noodles, el Ootoya Soba ($9.880) se ha transformado en uno de los favoritos de los comensales y con justa razón. Son sabrosos tallarines salteados con mariscos y salsa de la casa ligeramente picante. Un plato enjundioso que tiene sobre él un pescado deshidratado que, por el calor, parece bailar. Todo un espectáculo a la vista y al paladar.
Respecto a los sushis, muy coloridos y voluminosos, pude probar el Volcano Roll ($9.280) que es una preparación tempurizada con salmón, kanikama, cebollín, langostino gratinado, queso crema, salsa de anguila y un toque de picante ¿Algo más? Solo cosas buenas suceden cuando lo llevas a la boca, con juegos de dulzor y crocancia.
¿Nos vamos al ramen? Un plato tan típico japonés y que cae tan bien en esta época, donde el frío no perdona. Esta maravilla se basa en sopa de miso -condimento aromatizante-, con fideos japoneses y carne. Aquí en Ootoya hay ocho tipo de preparaciones diferentes y pude probar el Omasake Ramen ($8.800) con sopa miso, tallarines, huevo, choclo, ajonjolí y tres tipos de cerdo -ese día habían solamente dos disponibles- un lomo de cerdo y una especie de «arrollado» de cerdo. De buen carácter, calientito, humeante, con diferentes texturas. Un acierto total.
¿Dónde? Constitución 125, Providencia.