Si te consideras amante de las ricas y contundentes hamburguesas o de los sándwiches con estilo y sabor único, como yo, entonces no puedes dejar de conocer este lugar. Picantera, se emplaza en toda la esquina de Dardignac con Mallinkrodt, en pleno Barrio Bellavista, cuna de grandes exponentes de la gastronomía.
Paula Valdés y Matías Bon decidieron emprender el vuelo con una idea que Paula, además chef, siempre había tenido en mente: instalarse con un lugar de encuentro para la familia en donde se pudiera disfrutar de exquisitos sándwiches y preparaciones pensadas en satisfacer el apetito de grandes y chicos. ¿El resultado? El nacimiento de Picantera.
Y a mi parecer, han logrado su cometido en estos 6 meses desde que abrieron. El local está ambientado como una cabaña, llena de luz natural y dos pisos más una terraza que invita a los comensales a pasar una jornada llena de sabores y sensaciones. Sus amplios ventanales hacen que te quedes pegado un rato mirando hacia el cerro San Cristóbal mientras se pasea por tu cabeza la decisión de tener que elegir entre tanta maravilla de la carta; picoteos, ensaladas, burgers, sándwiches, jugos, cervezas y tragos.
Junto a mi compañera de gastronomía, Tamara, nos repartimos la tarea. Decidimos probar dos preparaciones estrellas. Por un lado «La Frenchy», una hamburguesa casera con queso roquefort, champiñones salteados, cebolla caramelizada y rúcula en dressing de oliva. Yo, que son fanática de la rúcula, el queso, los champiñones y la cebolla caramelizada, pensé que la habían hecho pensando especialmente en mí, jeje. ¡Soñada! El sabor fuerte del queso roquefort se mezcla sutilmente con lo dulce de las cebollas y ese neutralismo de los champiñones que provocan un sabor ideal.
Por otro lado, llegó a nuestra mesa «La Mechada» que lleva carne mechada, por supuesto, pimientos y champiñones asados, cebolla caramelizada (infalible), queso de cabra, mayonesa de alcaparras y berros en aceite de oliva. Un sándwich que ya quisieras comerte una y otra vez. Las papas fritas estilo rústico que coquetean contigo y te guiñan un ojo entre cada mordida son una fórmula de éxito comprobado. Ambos platos fueron acompañados por unas «Limonadas de menta» que estaban muy refrescantes y en un punto cítrico justo.
¡Es tan agradable encontrar lugares como Picantera! Una atención cálida y amable que es casi imposible no quedarte con ellos a pasar la tarde entera ahí, con quienes quieras, a comer lo que quieras. Se agradece que existan personas como Paula y Matías que apuestan por rincones culinarios familiares, caseros, en donde las preparaciones son minuciosas y con amor, porque puchas que se nota eso en los sabores. Ojo, que en octubre agregarán nuevos sándwiches a la carta. Los esperamos ansiosos…
En la escala de 1 a 10, se ganaron un 11. ¡Felicidades chicos!