No es ninguna novedad que el Barrio Lastarria y su polo gastronómico se ha visto tremendamente afectado desde aquel 18 de octubre pasado, en el que comenzó el estallido social. Después vino la pandemia. Y desde ese entonces, a la fecha, se han hecho innumerables esfuerzos por parte del gremio por salir a flote. Es una batalla que muchas veces se ha perdido y de la que se intenta salir victorioso. Es una guerra que aún no ha terminado.
Con estas condiciones, son varios los restaurantes que han debido dar un giro a su oferta de comidas y bebidas; adaptar terrazas, deliverys y cartas, son solo algunas de las herramientas utilizadas para reestablecer el goce y la alegría que cientos de comensales entregaban en torno a la buena mesa hace algún tiempo atrás.
Así también lo tuvo que hacer Catad´Or Wine Barra, el restaurante especializado en vinos a los pies del hotel Cumbres Lastarria. Allí, su chef Jorge Seguel, creó alternativas más frescas, simples y honestas, con el fin de adaptarse a los que los comensales del sector estaban buscando, sumado a una atención de primera, un sello que nunca se ha perdido.
Como una carta fácil de almacenar y despachar, definen esta nueva propuesta que, entre sus entradas y sándwich, nos sorprender con una colorida Ensalada de la Casa ($7.500) con mix de hojas frescas, palmitos, tomates confitados, aceitunas verdes, habas tostadas, queso parmesano y dressing de aceto con frambuesas. Esta vez, acompañada de Salmón Ahumado. También presentan unos aplaudidos y sencillos Calamares a la Romana, o apanados ($4.900) servidos con crema ácida que potencia todo el crunchi que entrega.
De sándwiches, pude probar la Plateada Luco ($7.900) con 180 grs. de carne mechada asada, cubierta con queso chanco de campo, de mordida generosa, llenadora. Este tipo de alternativas responde a la búsqueda de una carta pensada en formato «bar». Para los vegetarianos, el Veggie ($6.500) es un falafel de garbanzo, queso fresco, tomate
confitado, pepino, mix de hojas y aderezo de yogurt.
Los vinos son un infalible en Catador Wine Barra, no por nada son especialistas en ellos. Siempre se puede encontrar un buen maridaje en su oferta. Blancos, rosé, tintos, tintos ligeros, espumantes. No dude en preguntar sugerencias para sus platos. También hay alternativas sin alcohol.
Y hablando de platos, la Entraña de Res ($11.300) acompañada de papas trufadas, chimichurri y mantequilla de hongos, se complementa como un tremendo mix, cálido, con acidez, se siente casero. Al igual que el Pecho de Cerdo confitado ($9.900) acompañado de polenta con manzanas verdes y betarragas ahumadas con reducción de chancaca. Una carne con capa crocante y fondo en buenísima cocción. ¿Ven cómo viene presentada la polenta? El toque creativo y lúdico no se pierde en la carta del chef Seguel.
Un plato atractivo y muy sabroso resultó ser el Risotto de Camarones y Coco ($9.900) acompañado de pulpo asado, cremoso y cálido, de aquellos para cucharear sin parar, con un grano que logra una cocción correcta y un pulpo que entrega textura en cada bocado.
De la mano virtuosa del pastelero Felipe Arias, aquí los postres parecen cobrar vida propia en Catador Wine Barra. Creaciones entretenidas, diferentes, coloridas y explosivas, sí, literalmente explosivas. La Bomba de Maracuyá ($4.300) es un mousse de chocolate blanco relleno de maracuyá y salsa tropical, toda una sorpresa. Estalla en tu boca, es cítrico, cremoso. Una delicia.
Al igual que la Esfera de Chirimoya Alegre ($4.300) un cremoso de chirimoya y gel de naranjas, sobre crumble de vainilla. Rememora casi a la perfección ese helado de Chirimoya Alegre que, antaño, uno saboreaba por solo $100 arriba de la micro. ¡Cuánto quisiéramos que volvieran esos tiempos!
Catador Wine Barra está con todas las medidas de sanidad y protocolos exigidos por la autoridad, con terraza interior y exterior para recibir a sus comensales.
¿Dónde? José Victorino Lastarria 299, Santiago.